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La
historia de Por Juan Vicente Martínez (6º EGB) |
En aquellos tiempos vivía en Lisboa, capital de Portugal, un marino genovés, Cristóbal Colón, que había llegado allí, según se cree, como sobreviviente de un naufragio. Colón conocía la forma esférica de la tierra aunque la consideraba más pequeña de lo realidad es y entendía, por tanto, que navegando hacia el oeste, es decir, en sentido contrario al seguido hasta entonces, sería igualmente posible llegar a la Indias.
Las ideas de Colón sobre la redondez de la tierra no eran nuevas, ya que veinte siglos atrás los griegos habían establecido la forma del planeta, y calculado casi exactamente sus dimensiones. Sin embargo, no fue fácil para el genovés encontrar quién apoyara sus planes. A pesar de todo, consiguió llegar hasta el rey de Portugal, el que, finalmente, rechazó su propuesta.
Decepcionado, Colón se dirigió entonces a España con su hijo Diego. Al llegar al convento de La Rábida, pidió asilo a los frailes. Por medicación de los sacerdotes de aquel convento, el prior Fray Juan Pérez que había sido confesor de la reina y Fray Antonio de Marchena, logró finalmente ser recibido por los monarcas españoles, Fernando e Isabel, los "reyes católicos"...
Pero el momento no era propicio: España estaba aún en guerras contra los Moros, que la habían invadido ocho siglos antes, y los reyes, abrumados por gastos y preocupaciones, sólo accedieron a someter los proyectos de Colón a una junta, en Salamanca, la cual se manifestó en contra.
Dispuesto a volverse a Portugal, Colón regreso entonces al convento de La Rábida, en busca de su hijo... Pero no todo estaba perdido: durante los años transcurridos, España había desalojado por fin a los Moros. Una nueva entrevista fue pedida a los soberanos y, después de muchas vacilaciones, la reina Isabel decidió aceptar la propuesta de Colón. Se firmaron las "capitulaciones" y se organizó la expedición. Tres naves fueron equipadas: la "Santa María", la "Pinta" y la "niña"; la tripulación se formó con ciento veinte hombres, entre las cuales había experimentados, como los hermanos Martín Alonso y Vicente Yáñez Pinzón, Pedro Alonso Niño y Juan de la Cosa, dueño este último de la "Santa María".
El 3 de Agosto de 1492 partieron de puerto de Palos Moguer, rumbo a lo desconocido el viaje se hizo abrumador. Pero el Almirante, decidido a todo, se impuso a su propia fatiga y a las de sus hombres y, aunque casi sin comer y sin dormir, no cedió en sus propósitos. Aquella tenacidad iba finalmente a dar su fruto: El mismo día viernes 12 de octubre de 1492 Colón desembarcó en una isla a la cual los naturales llamaban "Guanahani" y que él rebautizó "San Salvador", y tomó posesión de la tierra en nombre de los reyes de España. En los días subsiguientes fueron halladas nuevas islas (entre ellas, Cuba, a la cual Colón llamó "Juana"y Haití, a la que dio el nombre de "La Española"). El día de navidad encalló la nave capitana, y no hubo más remedio que desmantelarla. Con los materiales que se salvaron, el almirante hizo levantar un fuerte al que le llamaron "Natividad", primera población Europea en el territorio del nuevo mundo.
A principios de 1493 Colón embarcó con partes de sus hombres las dos naves restantes, dejando una guarnición la fuerte Natividad. Llevó consigo en el viaje de regreso algunos productos de las nuevas tierras y varios aborígenes, a los que él llamó "Indios" creyendo que había llegado a las Indias, tal como había sido su propósito. El 15 de Marzo arribó a España, y pocos días después fue triunfalmente recibido en Barcelona por los reyes católicos: Tres viajes más hizo Colón al "mundo nuevo". Para el segundo, que se efectuó en septiembre de 1493, se preparó una flota de 17 barcos y 1500 tripulantes. La nave almirante, al mando de Colón, tenía el airoso nombre de "Marigalante". En el tercer viaje, realizado en 1498, Colón llegó por primera vez a tierra firme, y en el cuarto, efectuado en 1502, recorrió las costas de América Central.
Después de muchos disgustos, nacidos en gran parte de la envidia de los hombres de su tiempo, Colón volvió a España en 1504, gravemente enfermo. Poco después murió el 20 de Mayo de 1506, sin saber que había descubierto a un nuevo continente.